Rechinaba, crujía, daba vueltas y vueltas sobre su almohada transpirada. Se astillaba en sueños, enmarcados en bisagras oxidadas y malolientes. Una imagen, su picaporte bronceado derritiéndose lentamente ante sus ojos. ¡Y miles, millones de termitas!
Lo construyen
sábado, 24 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario