lunes, 30 de junio de 2008

Comunicación



¿Por qué tenemos tantos contactos en msn?


¿Por qué hablamos siempre con los mismos?

¿Por qué hablamos aún con aquellos que tienen estado Ausente?

¿Por qué ponemos frases en Inglés en los sub nicks?

"¿Por qué no te callás y comés nene?"

"Perdón ma..."


domingo, 29 de junio de 2008

La culpa colectiva

Y entonces vino el tema de la culpa colectiva. Uno se porta como es debido, hace las cosas cuando tiene que hacerlas, organiza su vida en torno a las obligaciones, las tareas, las citas, las reuniones y las conferencias que le caen a uno del cielo, simepre el viernes a las 2 de la tarde, arruinando todos los posibles planes para el fin de semana y sin embargo, otro se manda la cagada y es uno el que la termina limpiando.
Y no es una labor sencilla, no, no, no, lleva tiempo, esfuerzo, un dental y mucha lavandina. A veces el olor es tan fuerte que tiene que ser engañado con nafta, pero ya saben lo cara que está y en muchas ocasiones es difícil hasta conseguirla.
Tengo cancha igual eh.., no crean que no. Ya estuve muchas tardes fregando sustancias intestinales ajenas y tengo mis propios trucos. Se los diría pero son confidenciales. Lo único que puedo hacer es darles una pista: uno de ellos involucra una espátula y papel metálico.
Volviendo al tema de la culpa, siempre que me encuentro en esas situaciones no puedo hacer mas que pensar: "pero si yo no hice nada, ¿por qué recibo el castigo?" Y...son cosas de la vida: despertarse, ir a laburar, y terminar limpiando la inmensa cagada achoclada de tu "amigo" compañero de trabajo. La próxima le voy a dar una pastilla de carbón en vez de una barrita triple de mantecol.
Ese fue mi crimen, he ahí que comparto la culpa.

sábado, 28 de junio de 2008

MP3 y la Incomunicación.

Tincho: ¿Necesitás algo?
*: ...
Tincho: Hola, flaco...
*: ...
Tincho: ¿Por qué me mirás?
*: ,,,
Tincho: ¿Me podés contestar?
*: .....
Tincho: ¡¡BOLUDO!!
Boludo: ¿Quééé?
Tincho: Sacate el MP3, hace media hora que te estoy llamando ¿no me escuchás?
Boludo: No, perdoná.
Tincho:: Parezco Pelotudo hablando solo.
Boludo: Jaja sisi ¿te acordás cuando estabamos en tu casa que se re colgó hablando solo?
Tincho: Sí Boludo, justamente por eso lo decía...
Boludo: Ah

miércoles, 25 de junio de 2008

Medialunas y Coca

Poquito a poco, le parece que se acerca, se acerca a esa sombra chiquitita que se escabulle y dobla en todas las esquinas, ya sea para la izquierda o para su antagónica derecha. Carlos apura el paso, lo apura con beso y abrazo, pero el paso se niega a acercarlo del todo a esa sombra truculenta y lejana. Empieza a olvidarse del frío, empieza a transpirar.
Camina que camina, no para de caminar. Se le había ocurrido correr un poquito para achicar distancias, pero se arrepintió. No corría desde hace tiempo, desde que jugaba al fútbol, cuando era un pibe más.

Llegó a todo esto a un lugar que no conocía, especuló que cerca de donde había empezado pero no tanto porque hacía dos horas y cuarenta y cinco minutos aproximadamente que estaban caminando.
Miró girando la cabeza, para tener una vista de ciento ochenta grados.
Vio muchas cosas, pero solo algunas le llamaron la atención, las personas juntando cartones, y el puente que se alzaba majestuosamente amplio y oscuro por encima de su cráneo.
Pensó que entonces debía estar abajo de un puente, y que había gente junatando cartones. "Mucha gente", concluyó. A todo esto la figura había desaparecido de la vista de Carlos, y él se sentó a descansar.
"Como me comería unas medialunas con un vasito de coca,"pensó para sí el fanático de la merienda.

lunes, 23 de junio de 2008

(Leer) Con las Precauciones Necesarias


Era corrediza, no de vidrio sino de papel de arroz, oriental. Se deslizaba con mucha delicadeza, casi sin fricción, con muy poca fuerza corrí una de sus hojas. Parecía tener un recorrido interminable, eterno, hacia la nada.
Finalmente le di un último impulso cuando se estaba alejando de mi cuerpo y del alcance de mi brazo. Resbaló alejándose de mí indefinidamente.
Abrí los ojos hacia el paisaje que escondía la puerta de arroz.
Blanco.
Todo blanco e indeterminado. Pocos detalles sobresalían en ese blanco tan puro y tan envolvente, espumoso. Un árbol de pétalos miles y rosas, intensamente rosados. Unas discretas hierbas al pie del árbol, su tronco delgado y un poco arqueado hacia la izquierda. Unas rocas grises y negras, de formas y tamaños proporcionales al árbol, posaban a su pie.
Debajo de la copa hermosa y viva, había un pequeño almohadón. Me acerqué y descansé en él, mis pasos no emitían sonido alguno en aquel vacío que sin embargo, no era nada frío.
Vi, entonces, a pocos pasos del acolchonado almohadón donde descansaba, una ventana de robusta madera, apoyada en el piso.
La paz y la meditación me saturaron rápidamente. Y la curiosidad me sorprendió abriendo la traba de la ventana. Entré sin complicaciones.


Ahí sí que hacía frío. No nevaba, el suelo estaba seco y duro, pequeñas rocas circulares, como las de la playa, vestían toda la superficie del lugar. Yo estaba descalzo, y mis pies suspiraban a gritos que me alejara de ese tormento crujiente y helado.
El cielo era oscuro, gris y oscureciéndose, como si una nube se abalanzara sobra la claridad del aire. Solo que en este caso la oscuridad no venía de alguna nube inmensa que se abalanzaba desde la lejanía. Ahí la oscuridad nacía del propio seno del cielo, aparecía de la nada y ennegrecía el horizonte.
El terreno estaba inclinado, ascendía hacia una colina, que estaba coronada por una choza, una casa, cuyas luces amarillentas estaban prendidas. Parecía estar al borde de un precipicio, no podía ver nada más allá de esa construcción; solo negro cielo.
Empecé a caminar, escuchando el entrechocar del amasijo tricolor que pisaba sin cesar. Piedras negras grises y marrones, en todos lados. Solo escuchaba las piedras, crujiendo, raspando. Y sentía mi pecho inflarse y desinflarse, sentía la fricción de mis ropas con cada paso.
Llegué sin conciencia alguna del tiempo, hasta la puerta de la cabaña. Pude ver ahí que estaba hecha de madera sólida, sin lijar, robusta y maciza.

Pero la puerta era de cristal, luminoso y etéreo. Giré el picaporte transparente y entré sin pensar.


Estaba en tu casa, había olor a nesquick.


viernes, 20 de junio de 2008

Solo

Pan, queso, pan, queso, pan, queso... ¡Tac!...
Calculaba, paso a paso, los espacios entre cada banco. La plaza estaba fría, muy fría. Pero él no suponía que por esa razón no iba a tener nada que hacer ahí. Nunca faltaba una latita, una botella o, en el mejor de los casos, una pelota. Y si llegaran a faltar, siempre había alguien con lavarropas para ofrecer sus medias. Él no sólo no tenía pelota, sino que tampoco tenía medias.
- ¿Para qué? - , se preguntaba - Si, total, las voy a ensuciar. Las necesito para el cole.
Ese día no había nadie.
- Mejor - pensaba Jorge, ahora podría pensar el solito las jugadas, para que los demás no se rían de él.
Era malo, era muy malo, o como suele decirse aquí, un terrible patadura. Pero se las imaginaba, se imaginaba las jugadas que nunca le habían salido (y que nunca le saldrán), veía en su mente el momento en que aquella sonrisa, la de sus amigos, burlándose de él, se desfiguraba. Especialmente la de Carlos...
Pan, queso, pan, queso, pan, queso...

miércoles, 18 de junio de 2008

¿Por qué

hice pis en la bañadera?

1- Fui al baño.
2- Prendí la ducha.
3- Me agarraron las ganas.
4- MOMENTO CLAVE: ¿Qué hacer? ¿Inodoro? ¿Ducha?...¿Bidet?
5- Condiciones cósmico telúricas determinan que, a pesar de estar completamente desnudo, me da fiaca apuntar al inodoro.
6- Entro en la ducha.

El resto es Historia.














Inocente Bidet

martes, 17 de junio de 2008

Una Tarde Agitada Y Desesperante

Esa tarde la excitación era evidente. Todos caminaban impacientemente de un lado a otro en la sala de estar.

Aquellos que fumaban, lo hacían a todo vapor en ese momento. El sonido de los zapatos sobre el parqué se estaba volviendo insoportable. Alguien preguntó con falsa inocencia si se había abierto el paquete. Las miradas se entrecruzaron como telarañas infinitas y babosas entre todos los presentes. Pronto, estábamos caminando hacia el paquete, que había sido colocado en la esquina de la mesa del comedor, como para no confundirlo con algo corriente, algo de naturaleza similar al resto de los objetos del cuarto.
Lo tomamos con precaución entre nuestras manos, seguía tibio y de una asombrosa semejanza a un ser vivo. Por supuesto habíamos descartado esa posibilidad desde el minuto uno, cuando comprobamos que su peso era de 30 kilos, pero ahora no podíamos recordar por qué esto nos había llevado a tal afirmación.
Ya nadie estaba seguro de qué se refugiaba plácidamente entre los papeles brillantes, esperando a que nuestra curiosidad nos lleve al límite de lo impensable, al riesgo inaudito. La insoportable espera, ¡Cómo lucharla, cómo controlarnos!
De pronto, los relojes enloquecieron, las alarmas de los nuestros empezaron a chillar, los de la pared también gritaban el augurio, la fuerte necesidad de ir, ir a tomar el té.
Ya eran las 5.

lunes, 16 de junio de 2008

Que los cumplas

Ruben's
Very Very Sexy Coiffeur

lo invita a:

Fiesta Estilista
Ruben's Birthday!


Colores Pastel: En Pareja y Esmeralda para Solteros ;)

Temática: Peinados Siglo XVII

Con reflejos no entrás.
Ruben

Visitas Tímidas

Gira sobre su hombro estrepitosamente la cabeza de Carlos.
Ve su ojo oscura figura, en la negrura de la penumbra.

Parpadea, se frota el óculo. No logra distinguir quién es que lo ha llamado con voracidad. La figura permanece borrosa, un contorno, negro.
Carlitos mira, con ojo amplio y húmedo. Espera, espera un poco más. Su músculo empieza a temblar, bailando con el frío petrificante.

Finalmente decide ir hacia allá, pasando las hamacas y cruzando la calle, donde la silueta espera, contrastando con una blanca pared que yace detrás suyo. Carlos da un paso y otro paso, y se acerca, pero la figura sigue tan borrosa como antes, una sombra corpórea y empañada.
De pronto, comienza a moverse, camina con pasos cortos por la vereda resquebrajada.

Él la sigue, con el latido inquieto.

viernes, 13 de junio de 2008

Asco

Callaba. Claro, no tenía porque hablar, iba sola. El túnel era muy, tal vez demasiado, frío. Pero ese frío que no molesta, ese frío que seduce a la piel. Hay sensaciones diferentes de tener frío. Hay fríos que duelen, que molesta, que disgustan, y otros... atraen, acobijan. Odiaba viajar a esa hora, pero no se quejaba, de hecho, ella lo había querido así. Lo que no había decidido era pasarse de estación, no le pasaba normalmente, sólo en algunos días especiales, en los que no paraba de pensar en pequeñas, y a veces irrelevantes, cosas.
Cuando caminaba, escuchaba los golpes de sus tacos. Al promediar el túnel, vio a un pasajero perdido que la miraba, le dio asco, mucho asco.

lunes, 9 de junio de 2008

Inercia

Me cansaba no tener nada para hacer, pero también me quejaba cuando me encontraba muy atareado. Creo que, por un lado, siempre fui así. Soy extremista, pero no me gustan los extremos. No. Sin duda, me gusta estar en el medio. A veces el que quiere estar en los costados, al principio o al fin, es aquel que quiere ser visto, quien resalta o, como dicen, quiere llamar la atención. A mi me pasa algo completamente diferente, o por lo menos así fue hasta ese día.
Cuando menos imaginaba que mi vida cambiaría, cuando menos pensaba que algo interesante me ocurriría, empecé a sentir estos raros avisos de alguien que se aproximaba. Ese alguien ya se había ido hace un tiempo, tampoco quería volver y yo, no quería que vuelva. En definitiva, era pura inercia.

Llegada

Llegó envuelto en miles de papeles muy brillantes, dorados, púrpuras y verdes. Era liviano, como hueco, pero de gran tamaño, apenas si pasaba por la puerta. Lo metimos rápido en el living, después de firmar los papeles correspondientes.
Lo apoyamos en el centro de un sofá de tres piezas, y lo miramos. Envuelto, cerrado, hermético, ¿qué sería?
Después de sacarnos las camperas y las botas, nos dispusimos a investigarlo con apropiada precaución. Le tomamos las medidas (65 x 39), lo pesamos (30 kilos) y sentimos su textura (estaba caliente y liso).
Caliente y liso, suave, como resbaladizo. Eso nos sorprendió un poco, más a las mujeres, y nos dio un poco de repulsión. Por eso decidimos suspender la investigación por ese día y continuar con nuestras tareas diurnas antes del mediodía.

viernes, 6 de junio de 2008

Uno de Pisteros

Iba un pistero caminando por la calle porque su auto estaba en el taller. Estaba triste y tenía los ojos llorosos atrás de los anteojos.
De repente se cruza con otro pistero que para su auto al lado. Y este pistero le dice:
"Che, fier...&#@%·$/=!ª/*-+
(Y acá intervengo yo y ambos pisteros se mueren en el instante. Les explota la cabeza tan fuerte que se les caen los anteojos)
Después viene un perro y los mea a ambos, primero al que iba caminando, que estaba tirado en el piso, porque era más fácil, y después se mete por la ventanilla y mea al que estaba adentro del auto.

Analista: Interesante. ¿Cuántas veces soñó con esto antes de empezar con la incontinencia?
*¿De qué incontinencia me está hablando?
Analista: ¿Cuál me dijo que era su profesión?
*Actuario
Analista:
Interesante.

martes, 3 de junio de 2008

Frío


Era tarde, el frío invitaba a encerrarse, bajo llave, en un cuarto calefaccionado. Los colores de las cosas estaban grisáceos por falta de temperatura, como antiguos, olvidados, agresivos a los niños que ahí jugaban hace unos meses.

La plaza está desierta. Es chica, con un par de toboganes y unas pocas hamacas, suficiente para entretener, junto con tres subibajas, al batallón de chicos del barrio. Solo hojas que se arrastran tristes, intentando volar, recorren su arenero y el pasto reseco que ha tomado filo de tan viejo.

Los grandes árboles que la rodean son manchados, como las pieles de los (hombres) ancianos, manchas blancas y pardas. Sus copas peladas sostienen con esfuerzo las pocas hojas que tarde o temprano recorrerán la plaza que vigilaron todo el verano. Ahora no podrán jugar con los chicos, no hay chicos, no jugando…

En el banco, de espaldas a los subibajas, la calle al frente y el frío en las mejillas y orejas. Gris marrón y azul el abrigo, bufanda negra. Las piernas bien juntas y sin tiritar, caminando con los dedos sobre el banco verde congelado, los dedos sobre el banco tallado y raspado. Debajo de todo el abrigo el corazón late solo, despacio, des-pa-cio, en sintonía con el frío y el viento que casi no se hace escuchar. Cesa la caminata, ya no se llega lejos con los dedos, ahora que hace tanto frío.

Pero esto de verlo nada más. Él no sabe, no se sabe si sabe nada de lo que le pasa. Por ahí solo le pasa a uno y lo refleja en él. Quizás salió a descansar, escuchar el aire, antes de girar la cabeza, no tan despacio y con los ojos abiertos, al grito de “¡Carlos!”.

lunes, 2 de junio de 2008

Vomitos

Ayer me dijo que no, que no quería ir a la iglesia. El bautismo de mi sobrino sería en dos horas y él, quien no había aparecido por varios días, decidió hacerlo, pero sólo para molestar. Yo le dije que tampoco tenía ganas de ir, pero era una obligación, además, en la celebración habría sabrosos triples de miga (los de ananá son sus favoritos). Sin embargo le costó asentir. Me dijo que el tenía que ser fiel a sus principios, que no podía dejarse mandar por alguien como yo. No lo dudé, me hice respetar. Hoy, me arrepiento de eso. Nunca había vomitado tanto, después de comer una hostia.

Espera

La silla no era para nada cómoda, es de esas a la que uno siempre le busca una vuelta para estar confortable, pero no, es imposible. La espera tampoco resultaba ser algo satisfactorio y, menos, si me ponía a pensar para que era esa espera. Al escuchar mi apellido dudé. Claro, es como el cuento de Pedrito y el lobo. De tanto esperar, al finalizar la espera, es algo de no creer. Me levante, me dirigí hacia la puerta y la abrí. Rechinaba, tanto que me hubiese gustado aceitarla en ese mismo instante. Sentía que me quedaría a vivir allí, imaginaba que no volvería ni a mi hogar, ni a mi vida (en la que, sinceramente, nunca estuve). Me senté en un sillón, y aguardé que el momento álgido se aproximara. Mis muelas ardían, no querían escapar de mi boca.

domingo, 1 de junio de 2008

A todo o nada

¿Qué es nada? Una pregunta que no deja de dar vueltas en mi cabeza. Me atrae la idea de pensar en una nada que a la vez es todo. Porque si bien, es nada, se le da un valor absoluto y entonces... ¿Qué es nada? Todo. Es decir, cuando decimos que algo es nada nos equivocamos. Todo es nada y nada es todo. Y cada vez que lo pienso más y más me doy cuenta que no entiendo nada...¿O todo?

El Amor Todo Lo Puede

A veces, los pétalos no son suficientes.

Te quiero, nos queremos.
No es suficiente.


A veces una sonrisa no es suficiente. :D = :(

A veces darnos tiempo, no nos da tiempo.
A veces pensamos: ¿Por qué pienso?

Y n o s a b e m o s.




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Casa

Estaba seguro, ya la había visto en otra ocasión. Poco me importaba en ese entonces, el sueño me ganaba y sólo quería llegar a mi casa...

Reja negra, un ph bien hasta a el fondo. Al llegar al final, una puerta verde que, siempre, hay que empujarla para poder entrar. No había nadie, era de esperarse porque, Jorge, vive sólo hace años. Hace tiempo vivía con un amigo, del cual nunca quiere hablar. La pequeña cocina, tal vez demasiado pequeña para ser recinto de toda esa gran mugre, ya casi no era utilizada. Jorge no comía mucho en su casa y, cuando comía, no cocinaba.

Tenía sueño, como todas las noches. Aunque sin duda ese día había sido diferente...

Al parecer no le prestó mucha atención a eso, el sueño le ganó.