lunes, 9 de junio de 2008

Llegada

Llegó envuelto en miles de papeles muy brillantes, dorados, púrpuras y verdes. Era liviano, como hueco, pero de gran tamaño, apenas si pasaba por la puerta. Lo metimos rápido en el living, después de firmar los papeles correspondientes.
Lo apoyamos en el centro de un sofá de tres piezas, y lo miramos. Envuelto, cerrado, hermético, ¿qué sería?
Después de sacarnos las camperas y las botas, nos dispusimos a investigarlo con apropiada precaución. Le tomamos las medidas (65 x 39), lo pesamos (30 kilos) y sentimos su textura (estaba caliente y liso).
Caliente y liso, suave, como resbaladizo. Eso nos sorprendió un poco, más a las mujeres, y nos dio un poco de repulsión. Por eso decidimos suspender la investigación por ese día y continuar con nuestras tareas diurnas antes del mediodía.

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