jueves, 18 de septiembre de 2008

Cerrados

No era tarde cuando el sueño lo derrotó, era tarde cuando se despertó en medio de la noche y se encontró observando cada detalle de la habitación de un modo poco ortodoxo.
Tenía los ojos cerrados, de todas maneras podía distinguir cada cosa que había en la habitación. La silla, el escritorio, la guitarra pendiendo sobre un mueble, todo tenía su silueta, la misma que con los ojos abiertos. Entonces, no supo que pensar. Mejor dicho, sabía bien que pasaba. Sus ojos estaban abiertos, pero él los sentía cerrados, completamente. Intento comprobarlo con sus dedos, no había caso, estaban cerrados. Seguía viendo.

Pensó en tratar de abrirlos, pero decidió comprobarlo una vez más con sus manos. Continuaban cerrados. Haciendo fuerza en su interior, abrió los ojos. No vió lo mismo que antes. Observo algo, en realidad, a alguien. Esa sombra que se abalanzó sobre su cuerpo tendido no lo dejó dormir en toda la noche.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

apa, cambiaron los muebles de lugar.

Anónimo dijo...

Si, me parece que en cualquier momento vuelvo a la original. Sufro un grave momento con respecto a la inspiración, de todo tipo.

Eleanor Rigby dijo...

Me gusta cuando cosas asi me pasan, cuando mi propio cuarto me es desconocido, sin duda la parte de la sombra es lo más interesante...