Pero ni me quiso escuchar, es más, fue como si pegara un portazo la puerta, abierta por el viento de una tormenta de verano.
¿Por qué? ¿Por qué no te cepillas los dientes amor?
Yo trato de ser sutil, pero le qudan pocos. Ya preocupa...
Lo construyen
miércoles, 29 de octubre de 2008
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